Aldo Moro, en una foto de archivo de los años 70./AFP


El secuestro el 16 de marzo de 1978 del líder de la Democracia Cristiana Aldo Moro por un comando de las Brigadas Rojas y su asesinato atormenta la memoria colectiva de los italianos y 40 años después muchos detalles del caso no se han resuelto.

"Fue (como) el 11 de septiembre de Italia. Los 55 días que duró el secuestro de Moro cambiaron el rumbo que estaba por tomar la República italiana", escribió Ezio Mauro, director del diario La Repubblica, al presentar la serie de artículos dedicados a la trágica muerte del político.

El 16 de marzo, poco después de las nueve de la mañana, Aldo Moro, de 62 años, el abanderado del "compromiso histórico" entre las dos principales fuerzas políticas, la DC y el Partido Comunista Italiano (PCI), fue secuestrado en Roma por un comando de las Brigadas Rojas (BR), organización de extrema izquierda que abatió al conductor y a los miembros de su escolta.

El 9 de mayo, 55 días después, el cadáver del cinco veces jefe de gobierno, fue encontrado acribillado en el maletero de un Renault 4 rojo abandonado en una emblemática callejuela de la capital, a medio camino de las sedes centrales de la DC y del Partido Comunista.

El hecho sacudió a la opinión pública italiana y abrió un período de crisis institucional.

Moro fue secuestrado mientras se dirigía a la Cámara de Diputados para votar la moción de confianza de un nuevo gobierno después de haber pactado el "compromiso histórico", es decir el apoyo de los comunistas liderados por Enrico Berlinguer para un gobierno de coalición que enfrentara la situación económica y luchara contra el terrorismo.

Desde su "prisión popular" Moro escribió cien cartas a su familia, a los dirigentes demócristianos, como Giulio Andreotti, y hasta al papa Pablo VI.

Imploraba negociaciones con los secuestradores que a su vez pedían la liberación de varios detenidos.

Sacrificar a Moro
"A partir de 1975, las Brigadas Rojas optaron por una estrategia de lucha frontal contra el Estado italiano. Las negociaciones nunca comenzaron y después de 55 días, decidieron ejecutar a Moro tras haber sido juzgado por un 'tribunal popular' compuesto por ellos mismos ", explicó el historiador Philippe Foro, autor del "L'Affaire Moro"(Ed Vendemiaire).

"Moro tenía muchos enemigos, entre ellos los no aprobaban su política de diálogo, contrarios al 'compromiso histórico' con los comunistas, también dentro de la OTAN y en los servicios secretos italianos", explicó el académico.

Muchos historiadores y testigos de esa época creen que no se hizo todo lo posible para liberar a Aldo Moro, que el Estado italiano tomó la fría decisión de "sacrificar" al político.

Algunas teorías aseguran que las Brigadas Rojas en realidad era una formación fascista disfrazada de izquierda, otros hablan de logias masónicas, de espionaje, de un acto en medio de la Guerra Fría entre la Unión Soviética y Estados Unidos.

"Para Estados Unidos, el peso del Partido Comunista en uno de los países más importantes del Mediterráneo era inaceptable y para los soviéticos el modelo de 'compromiso histórico' era una amenaza", resumió a la AFP en una entrevista del 2014, Ferdinando Imposimato, el juez que instruyó el caso Aldo Moro, quien murió en enero pasado.

Los miembros del comando secuestrador han tenido varios destinos. Algunos fueron detenidos y condenados a cadena perpetua, pero les han condonado muchos años en virtud de una ley aprobada en 1982. Otros huyeron al extranjero y otros han escrito libros, ensayos.

La viuda Eleonora, falleció en el 2010 sin haber jamás perdonado a los líderes de la Democracia Cristiana, a los que acusó de violar los valores cristianos que defendían, al negarse a salvar la vida en nombre de la razón de Estado.

En una carta fechada 8 de abril de 1978 dirigida a su esposa, Moro le escribió: "Mi sangre caerá sobre ellos".

Cuatro décadas después, las fuerzas políticas de Italia están buscando de nuevo una salida al bloqueo tras las legislativas del 4 de marzo.

El ministro saliente de Cultura, Dario Franceschini, rindió homenaje a Aldo Moro y recordó "que había logrado convencer a los dos ganadores de las elecciones, que ayer como hoy no habían obtenido la mayoría en el parlamento para gobernar. Lo de ayer vale para el hoy", recalcó.